Mantenimiento correctivo: qué es, tipos y ejemplos reales [Guía completa 2025]
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noviembre 5, 2025
Mantenimiento correctivo

Todo empieza igual: una alarma suena, una luz roja parpadea y el silencio de una máquina detenida interrumpe la rutina. En ese momento, cada segundo cuenta. Es ahí donde entra en juego el mantenimiento correctivo: la capacidad de actuar con precisión, bajo presión, cuando el fallo ya ha ocurrido.

¿Qué puedes encontrar en este artículo?

Ninguna empresa ni siquiera las más avanzadas puede escapar por completo de las averías. Lo que marca la diferencia no es evitarlas siempre, sino cómo se responde cuando aparecen. Un buen mantenimiento correctivo no es improvisación: es técnica, método y control. Significa tener procedimientos claros, repuestos listos, un equipo formado y un sistema como Odoo ERP que documente cada paso, cada tiempo de reparación (MTTR) y cada lección aprendida.

En esta guía aprenderás qué es el mantenimiento correctivo y por qué sigue siendo una parte esencial de la estrategia de fiabilidad en cualquier entorno técnico desde una planta industrial hasta una unidad de cuidados intensivos—. Verás cuándo aplicarlo sin comprometer la productividad, cómo diferenciar entre correctivo planificado y de emergencia, y cómo usar métricas reales (como la fórmula CEC vs CPV) para decidir si reparar o prevenir.

También descubrirás cómo convertir cada avería en una oportunidad de mejora: con checklists operativos, árboles de decisión y KPIs que transforman la presión del fallo en datos útiles. Porque en mantenimiento como en la vida el verdadero control no está en evitar los problemas, sino en saber reaccionar mejor cada vez que ocurren.

Mantenimiento correctivo

¿Qué es el mantenimiento correctivo?

El reloj marca las tres de la madrugada en un hospital. Un respirador deja de funcionar y, en cuestión de segundos, cada técnico biomédico sabe que no hay margen de error. Ese instante resume a la perfección qué es el mantenimiento correctivo: la respuesta técnica inmediata que busca restaurar la funcionalidad de un equipo médico o sistema crítico después de una avería inesperada.

El mantenimiento correctivo también conocido como mantenimiento reactivo es una práctica esencial en entornos donde la continuidad operativa es vital, como hospitales, laboratorios o clínicas. Consiste en detectar el fallo, aislar la causa y aplicar la reparación o sustitución necesaria para que el equipo vuelva a operar con seguridad y precisión.

Este tipo de mantenimiento forma parte de la realidad diaria de la ingeniería biomédica. Aunque los programas preventivos y predictivos ayudan a reducir incidencias, ningún plan elimina completamente la posibilidad de fallo, y es ahí donde el mantenimiento correctivo demuestra su valor: actuar con rapidez, criterio técnico y trazabilidad.

En la práctica, podemos distinguir dos tipos de mantenimiento correctivo:

  • Correctivo planificado, cuando se detecta una anomalía y se programa la intervención sin afectar gravemente la operación clínica.

  • Correctivo de emergencia, cuando la falla detiene un equipo crítico y requiere una respuesta inmediata para proteger la seguridad del paciente y restablecer el servicio.

Comprender qué es el mantenimiento correctivo implica reconocer que no solo repara equipos, sino que también genera datos valiosos para mejorar la fiabilidad del parque tecnológico hospitalario. Cada avería documentada, cada causa raíz identificada y cada intervención registrada se convierte en información útil para fortalecer la estrategia de mantenimiento preventivo y predictivo.

El mantenimiento correctivo, bien ejecutado, no es simplemente apagar un fuego: es la oportunidad de aprender del fallo y elevar el estándar técnico del servicio biomédico.

Mantenimiento correctivo

Tipos de mantenimiento correctivo

No todos los fallos son iguales. Algunos dan señales antes de producirse; otros aparecen sin previo aviso, en medio de una cirugía o durante una prueba diagnóstica crítica. Por eso existen diferentes tipos de mantenimiento correctivo, diseñados para adaptarse al nivel de urgencia, riesgo y criticidad del equipo médico afectado.

1. Mantenimiento correctivo planificado

El mantenimiento correctivo planificado se aplica cuando la avería es detectada a tiempo, y permite programar la intervención sin comprometer el servicio asistencial. Por ejemplo, un técnico puede identificar una alarma de baja presión en un autoclave o un desgaste en el motor de una centrífuga durante una revisión rutinaria. Aunque el equipo aún funcione, se agenda la reparación para evitar que la falla evolucione hacia una avería completa.

Este tipo de mantenimiento correctivo permite optimizar recursos, coordinar personal y asegurar la disponibilidad de repuestos, evitando interrupciones innecesarias en la actividad hospitalaria.

2. Mantenimiento correctivo no planificado o de emergencia

Cuando un equipo falla de forma inesperada, se activa el mantenimiento correctivo de emergencia. Este escenario exige respuesta inmediata, ya que puede afectar directamente a la seguridad del paciente o interrumpir servicios esenciales, como ventilación mecánica, monitorización o diagnóstico por imagen. En este caso, el tiempo es el recurso más valioso. El objetivo no es solo reparar el equipo, sino restablecer la operatividad con rapidez, evaluando riesgos y garantizando que la intervención cumpla con las normas de seguridad eléctrica y funcional.

3. Mantenimiento correctivo diferido

A veces, la avería no representa un riesgo inmediato. Si el fallo se produce en un equipo secundario o en un componente que no interrumpe la actividad, puede posponerse la reparación hasta que existan condiciones más adecuadas (por disponibilidad del fabricante, presupuesto o carga de trabajo del servicio técnico). Aun así, debe registrarse en el sistema de gestión de mantenimiento para su seguimiento, evitando que se convierta en una falla crítica.

4. Mantenimiento correctivo sistemático

Se realiza cuando un componente o dispositivo presenta fallos recurrentes. En este caso, el mantenimiento correctivo va más allá de la simple reparación: incluye análisis de causa raíz y revisión de los procedimientos de calibración, instalación o uso. El objetivo es eliminar el origen del problema y mejorar la fiabilidad del sistema en su conjunto.

En resumen, los tipos de mantenimiento correctivo se definen por el nivel de urgencia y el impacto operativo que generan. En un entorno hospitalario, saber cuándo aplicar un correctivo planificado, de emergencia o diferido puede marcar la diferencia entre una intervención controlada y una crisis técnica.

Mantenimiento correctivo

Ejemplos de mantenimiento correctivo

El mantenimiento correctivo está presente en casi todos los sectores productivos y de servicios. Desde una línea de fabricación hasta un quirófano, los fallos ocurren y la rapidez con que se actúe marca la diferencia entre una simple incidencia o una crisis operativa.

Veamos algunos ejemplos de mantenimiento correctivo reales en distintos entornos:

1. En la industria manufacturera

En una planta de producción, una cinta transportadora puede detenerse por un fallo en el motor. El equipo técnico realiza una intervención inmediata para reemplazar el componente dañado y restablecer la línea de trabajo. Este caso ilustra un mantenimiento correctivo no planificado, donde la prioridad es reducir el tiempo de inactividad y evitar pérdidas en la producción. En otras ocasiones, se detectan vibraciones anómalas o fugas hidráulicas, lo que permite programar una reparación antes del fallo total, aplicando así un correctivo planificado.

2. En el sector hospitalario

En los hospitales y clínicas, el mantenimiento correctivo es esencial para garantizar la continuidad asistencial. Por ejemplo, si un autoclave deja de generar vapor, un monitor de paciente se apaga repentinamente o un respirador muestra una alarma de presión, los técnicos de electromedicina deben intervenir de inmediato. Cada minuto cuenta, y la reparación o sustitución del equipo es clave para mantener la seguridad del paciente y la fiabilidad del servicio clínico. En equipos no críticos, como balanzas o lámparas auxiliares, la reparación puede diferirse sin afectar la operatividad general.

3. En el sector energético

Un transformador que se sobrecalienta o una turbina eólica que detiene su rotación requieren una intervención correctiva rápida. El objetivo es restaurar la capacidad operativa y evitar interrupciones en el suministro eléctrico. En este tipo de entornos, el mantenimiento correctivo sistemático permite analizar las causas raíz del fallo y evitar que se repita en otros equipos del sistema.

4. En servicios y facility management

En edificios corporativos, hoteles o centros comerciales, los ejemplos de mantenimiento correctivo incluyen la reparación de sistemas de climatización, iluminación o ascensores. Un fallo en el aire acondicionado durante el verano o en un sistema de control de acceso debe resolverse con rapidez para garantizar la comodidad y seguridad de los usuarios. Estas intervenciones suelen combinar la reparación inmediata con la revisión de causas, evitando reincidencias.

Estos ejemplos de mantenimiento correctivo demuestran que su aplicación va más allá de “reparar lo que se rompe”: implica gestionar riesgos, priorizar activos críticos y aprender de cada incidencia para mejorar la fiabilidad global. El mantenimiento correctivo bien ejecutado no solo devuelve la funcionalidad a un equipo, sino que fortalece la estrategia técnica de toda la organización, reduciendo costes y aumentando la resiliencia operativa.

Mantenimiento correctivo

Ventajas y desventajas del mantenimiento correctivo

Aunque muchas veces se asocia el mantenimiento correctivo con improvisación o reacción ante el fallo, lo cierto es que bien gestionado puede convertirse en una herramienta estratégica dentro de la gestión de activos. Comprender sus ventajas y desventajas es esencial para decidir cuándo aplicarlo y cómo integrarlo en un plan de mantenimiento global.

Ventajas del mantenimiento correctivo

1. Coste inicial reducido
Una de las principales ventajas del mantenimiento correctivo es que no requiere inversión previa significativa. No se realizan inspecciones ni sustituciones periódicas hasta que ocurre un fallo real, lo que puede ser útil en equipos de baja criticidad o bajo valor económico.

2. Simplicidad operativa
Su aplicación es directa: se interviene solo cuando es necesario. Esto evita planificaciones complejas, hojas de ruta o tareas preventivas innecesarias. En entornos con recursos limitados, esta simplicidad puede ser una ventaja táctica.

3. Rapidez de decisión
Al producirse una avería, el proceso es inmediato: detectar, reparar y restablecer. Este enfoque ágil resulta útil en instalaciones donde la prioridad es mantener el flujo operativo, incluso bajo presión.

4. Ideal para activos no críticos
En equipos cuyo fallo no compromete la seguridad, la producción o el servicio (por ejemplo, una lámpara auxiliar o un ventilador de oficina), aplicar mantenimiento correctivo puede ser más rentable que una estrategia preventiva continua.

5. Permite detectar fallos estructurales
Cada reparación aporta información valiosa sobre el estado del activo y sus causas de fallo. Cuando se documentan correctamente, estas intervenciones se convierten en una fuente de datos clave para mejorar la fiabilidad a largo plazo.

Desventajas del mantenimiento correctivo

1. Imprevisibilidad y riesgo operativo
La principal desventaja del mantenimiento correctivo es su naturaleza reactiva. Las averías pueden aparecer en el momento menos oportuno, afectando directamente la productividad o, en entornos hospitalarios, incluso la seguridad del paciente.

2. Costes elevados a largo plazo
Aunque a corto plazo parezca económico, depender solo del mantenimiento correctivo puede disparar los costes globales. Los fallos graves pueden exigir piezas urgentes, mano de obra adicional o tiempos de parada prolongados que encarecen la operación.

3. Interrupciones y pérdida de productividad
En sistemas críticos —como una línea de esterilización, una planta de energía o un centro de datos— un fallo no planificado puede provocar paradas totales que repercuten en la producción, la reputación y los plazos de entrega.

4. Menor vida útil de los equipos
Si los activos solo reciben atención cuando fallan, el desgaste acumulado reduce su durabilidad. Los equipos sin mantenimiento preventivo o predictivo tienden a fallar con mayor frecuencia y envejecen antes de tiempo.

5. Dependencia del equipo técnico
En situaciones de emergencia, la organización depende totalmente de la disponibilidad y capacidad del personal técnico. Si no hay repuestos o el personal adecuado, el tiempo de inactividad puede multiplicarse.

El mantenimiento correctivo no debe verse como un enemigo del mantenimiento planificado, sino como una herramienta complementaria. Su aplicación inteligente, combinada con estrategias preventivas y predictivas, permite equilibrar costes, tiempos y fiabilidad. La clave está en saber cuándo actuar de forma reactiva y cuándo anticiparse.

En otras palabras: no se trata de evitar el fallo, sino de controlarlo. Cuando una organización domina sus procesos de mantenimiento correctivo, cada avería se convierte en una oportunidad de aprendizaje, optimización y mejora continua.

Mantenimiento correctivo

Cómo reducir la carga del mantenimiento correctivo

El mantenimiento correctivo es necesario, pero no debería convertirse en el protagonista de la gestión técnica. Cuando los fallos se acumulan y el equipo vive apagando incendios, el problema no está en las averías… sino en la falta de control. Reducir la carga del mantenimiento correctivo es posible si se adoptan estrategias inteligentes que combinen prevención, digitalización y formación.

1. Digitaliza el seguimiento de incidencias

Uno de los errores más comunes es depender de notas sueltas o avisos informales. Implementar un software de gestión del mantenimiento (GMAO o CMMS) permite registrar cada intervención, clasificar las averías, identificar patrones y anticiparse a los fallos más repetitivos. En el ámbito hospitalario, por ejemplo, esta trazabilidad es clave para cumplir con la normativa de seguridad eléctrica y gestión de equipos médicos. Digitalizar no es solo ahorrar papel, sino crear una memoria técnica viva que reduce la dependencia del mantenimiento reactivo.

2. Forma a los técnicos… y también al personal operativo

El mantenimiento no empieza cuando llega el técnico, sino cuando el usuario detecta algo anómalo. Capacitar al personal clínico, de laboratorio o de producción para reconocer síntomas tempranos de fallo ruidos, sobrecalentamiento, errores de calibración es una forma directa de prevenir el colapso. Los ingenieros biomédicos, por ejemplo, pueden formar a los usuarios de equipos críticos para reportar alertas antes de que se conviertan en averías, reduciendo el tiempo medio de reparación (MTTR).

3. Mantén un inventario actualizado de repuestos

Una intervención correctiva no debería prolongarse por falta de piezas. Un stock mínimo planificado garantiza que los componentes críticos (válvulas, fusibles, sensores o placas electrónicas) estén disponibles en el momento justo. La falta de repuestos multiplica el coste del mantenimiento reactivo, especialmente en hospitales o plantas industriales donde cada hora de inactividad implica pérdidas reales.

4. Prioriza los activos según su criticidad

No todos los equipos merecen la misma atención. Aplicar una matriz de criticidad permite clasificar los activos según su impacto en la seguridad, la producción o la asistencia sanitaria.
De esta forma, el mantenimiento correctivo se reserva para fallos inevitables en equipos secundarios, mientras que los activos críticos reciben mantenimiento preventivo o predictivo. Esta gestión por prioridades optimiza recursos y reduce el estrés operativo.

5. Analiza causas y aprende de cada fallo

Cada avería deja una huella: una causa raíz. Registrar los incidentes, analizar los motivos y aplicar medidas correctivas permanentes evita que el problema se repita. Técnicas como el análisis de causa raíz (RCA) o los informes de mantenimiento post-incidente son esenciales para transformar la experiencia en conocimiento. El objetivo no es solo reparar más rápido, sino reparar menos veces.

Reducir la carga del mantenimiento correctivo no consiste en eliminarlo algo imposible, sino en dominarlo. Cuando los procesos están digitalizados, los técnicos formados y los activos priorizados, el mantenimiento reactivo deja de ser un enemigo para convertirse en un aliado estratégico. Así, las organizaciones logran un equilibrio entre productividad, seguridad y sostenibilidad técnica, manteniendo sus sistemas en funcionamiento constante y con menor coste global.

Preguntas frecuentes sobre el mantenimiento correctivo (FAQ)

¿Qué es el mantenimiento correctivo?

El mantenimiento correctivo es la intervención técnica que se realiza cuando un equipo presenta una avería o deja de funcionar correctamente. Su objetivo es reparar o sustituir los componentes dañados para devolver el equipo a su estado operativo y garantizar su funcionamiento seguro y eficiente.

¿Cuáles son los tipos de mantenimiento correctivo?

Existen dos grandes tipos:

  • Mantenimiento correctivo planificado: se aplica cuando el fallo ha sido detectado con antelación y puede programarse sin interrumpir el servicio.

  • Mantenimiento correctivo no planificado: ocurre de forma imprevista, obligando a una reparación urgente para restablecer la operación del equipo.

Ambos son necesarios, pero el segundo conlleva mayores costes y tiempos de inactividad.

¿Cuándo se aplica el mantenimiento correctivo en un hospital?

En el entorno hospitalario, el mantenimiento correctivo se aplica cuando un equipo médico deja de cumplir su función clínica o presenta un fallo de seguridad, como puede ocurrir con un respirador, un monitor multiparamétrico o un autoclave. Los ingenieros biomédicos intervienen de inmediato para diagnosticar, reparar y validar el correcto funcionamiento del equipo, minimizando el impacto asistencial.

¿Qué ventajas tiene el mantenimiento correctivo?

  • Coste inicial bajo: no requiere inversión previa hasta que ocurre la avería.

  • Simplicidad operativa: no necesita programación compleja.

  • Ejecución rápida: se actúa directamente sobre el fallo.

  • Ideal para equipos no críticos: como mobiliario, luminarias o periféricos de bajo impacto operativo.

¿Cuáles son las desventajas del mantenimiento correctivo?

  • Imprevisibilidad: los fallos ocurren sin aviso, afectando la planificación.

  • Mayores costes a largo plazo: las reparaciones urgentes y repuestos no planificados encarecen la operación.

  • Paradas imprevistas: el tiempo de inactividad puede afectar la productividad o la atención médica.

  • Menor vida útil de los equipos: el desgaste acumulado acelera la obsolescencia.

¿Cómo reducir la dependencia del mantenimiento correctivo?

    • Implementar mantenimiento preventivo y predictivo de forma sistemática.

    • Digitalizar el registro de incidencias mediante un software de gestión del mantenimiento (GMAO).

    • Formar al personal para detectar fallos tempranos.

    • Mantener un stock crítico de repuestos.

    • Realizar análisis de causa raíz para evitar recurrencias.

¿Cuál es la diferencia entre mantenimiento correctivo y preventivo?

El mantenimiento correctivo actúa después del fallo, reparando el daño. El mantenimiento preventivo actúa antes del fallo, mediante revisiones programadas para evitar averías. Ambos deben complementarse dentro de una estrategia integral de gestión de activos y seguridad operativa.

¿Por qué es importante el mantenimiento correctivo en equipos médicos?

Porque garantiza la seguridad del paciente y la continuidad asistencial. Un fallo en un equipo clínico no solo detiene una operación o un diagnóstico, sino que puede comprometer vidas. Por eso, el mantenimiento correctivo en electromedicina debe realizarse con protocolos validados y trazabilidad completa.

El mantenimiento correctivo como oportunidad de mejora

El mantenimiento correctivo no es un fallo del sistema, sino una oportunidad para mejorarlo. Cada avería revela información valiosa sobre la fiabilidad de un equipo, la calidad de los procesos y la capacidad de respuesta de una organización. En entornos críticos como el hospitalario, donde cada minuto cuenta, saber actuar con precisión ante el fallo es tan importante como evitarlo.

En Electromedicina Barcelona, entendemos que el verdadero mantenimiento no se limita a reparar, sino a garantizar la continuidad asistencial y la seguridad del paciente. Por eso, ayudamos a hospitales, clínicas y centros médicos a reducir la dependencia del mantenimiento reactivo, implantando estrategias preventivas y predictivas personalizadas.

Aplicar un plan integral de mantenimiento significa controlar el riesgo, reducir costes y prolongar la vida útil de los equipos médicos. Y ese es nuestro compromiso: que cada dispositivo funcione cuando más se necesita.

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Nota editorial:
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